Técnicas de Aprendizaje activo para la Flipped Classroom

Últimamente, la tecnología y su uso en la educación están de gran actualidad. Entre las mil formas en que se pueden usar todas las herramientas que las TIC’s ponen a nuestra disposición, el enfoque de “clase invertida” o “Flipped clasrrom” atrae mucha atención. Son muchos los colegas de todos los niveles educativos que están probando este planteamiento metodológico que supone una utilización importante de medios audiovisuales y tecnológicos. Hay muchas y buenas referencias que explican en qué consiste esta técnica docente. Sólo indicaré que se trata de invertir las actividades típicamente llevadas a cabo en clase: el primer contacto de los alumnos con el contenido se hace  fuera de clase mediante recursos audiovisuales, multimedia o textos. El tiempo de clase se utiliza para la aplicación, el análisis de esos contenidos y para la creación de nuevos materiales. En definitiva, para practicar lo aprendido, generalmente trabajando en grupos, discutiendo y pensando con compañeros y profesores. Todo esto tiene unas implicaciones muy importantes para el papel del profesor y los alumnos tanto en clase como fuera de clase.

Curiosamente, una de las principales complicaciones a las que se enfrentan los docentes que quieren poner en marcha este tipo de experiencias no está relacionada con la tecnología. Aparentemente, la cuestión tecnológica es relativamente fácil de resolver. El mayor problema que se plantean los profesores reside en qué hacer durante el tiempo de clase si no pueden (no deben) proceder a explicar un contenido con el que los alumnos ya están familiarizados gracias a los videos y materiales previos.

Esto nos lleva directamente a la necesidad de desarrollar durante ese tiempo de clase lo que se conoce como aprendizaje activo, una serie de técnicas de instrucción con las que ni docentes ni alumnos estamos muy familiarizados. En una entrada anterior en este blog hablaba sobre este enfoque metodológico y hay muchas referencias al respecto.

Para trabajar sobre cómo resolver esta dificultad, los pasados 3 y 4 de Diciembre de 2015, gracias a una invitación de Luis Murillo Zamorano y el apoyo del Servicio de Orientación y Formación Docente de la Universidad de Extremadura, estuve en Badajoz, en la Facultad de Económicas impartiendo el taller  “Técnicas de Aprendizaje activo para la Flipped Classroom”.

La idea central de ese taller, y sobre la que enfoqué todo su desarrollo, es que mis “alumnos”, compañeros, profesores también de Educación Superior, experimentaran por si mismos lo que es trabajar con esas técnicas. No quería exponer un recetario de posibles alternativas a la clase expositiva, sino que traté de que las distintas opciones y contenidos más teóricos se fueran sucediendo en las actividades que ellos tenían que desplegar. Además, me puse como reto que estas actividades fueran todas “analógicas” es decir, que no fuera necesario el uso de ordenadores ni otros dispositivos para llevarlas a cabo. Para respetar el formato de “Flipped clasrroom” los alumnos tenían que ver una serie de videos y materiales previamente al taller.

Así, la primera sesión trató de la activación de conocimientos previos. El contenido central era el aprendizaje colaborativo. Como tarea previa, tuvieron que ver en Blendspace los videos indicados para esa sesión e introducir, para cada vídeo, tres ideas de las planteadas en el mismo que consideres clave para este tema. En clase, hicimos una sesión de Preguntas-Respuestas con estructura Think-Pair-Share. Para finalizar, un breve resumen por mi parte sirvió para fijar contenidos e ideas. La segunda sesión consistió en el diseño de actividades. Como contenido central trabajamos la Taxonomía de Bloom y su potencialidad para la elaboración de resultados de aprendizaje. El producto a elaborar fue redactar en grupo varios resultados de aprendizaje para una actividad concreta asociada a un artículo de periódico. Como tarea previa también había que ver unos videos disponibles en Blendspace. Organicé la tercera sesión en torno a una discusión guiada cuyo tema central era la pedagogía del siglo XXI. El material previo eran así mismo unos videos de Jordi Adell sobre esta cuestión, previamente visionados. De esta forma, mostré varias técnicas de preparación de la discusión en pequeño grupo y de intervención guiada de los alumnos en el debate. La última sesión la dedicamos a analizar experiencias de aprendizaje activo llevadas a cabo en distintos contextos, resúmenes de mi propia experiencia y presentación de materiales adicionales.

Por tanto, conseguimos desarrollar un taller en el que se experimentara, de forma activa, cómo utilizar las horas de clase presencial sin tener que volver a exponer contenidos ya familiares para el alumno y que éste se convirtiera en protagonista del aprendizaje.  Para mí fue una experiencia muy gratificante: supuso un doble reto. Por un lado, siempre lo es, cuando los que tienes delante son tus propios compañeros. Por otro, asusta un poco dejar de lado toda estrategia expositiva y tirarse a la piscina de las actividades y  que sean los asistentes quienes “trabajen”. Puede salir bien o no, dependiendo de la disposición de los “alumnos”. En este caso, nos divertimos muchísimo y creo que la semilla del Aprendizaje Activo está sembrada en Extremadura. Muchas gracias a Oscar, María, Edi, Aurora, José Ángel, Teresa y Luis por su entusiasmo y calurosa acogida a mis propuestas.

 

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